Últimamente me ha tocado viajar bastante por el país, por lo que me he visto obligada a dejar a mi querida Dominga solita y aunque se que nos extrañamos mucho cuando no nos vemos, esto da tiempo de reflexionar un montón de cosas que hace que cada vez que me bajo del avión y estoy en el taxi esperando llegar a mi casa, los minutos se hacen horas interminables en las que solo veo la linda expresión de mi perra esperándome ver llegar.
Normalmente me toca viajar a zonas aisladas o rurales, donde los perros cumplen funciones de trabajos, y es increíble ver el potencial que estos tienen, creo que muchas veces en esta selva de cemento se nos olvidan los orígenes de nuestros perros, donde la mayoría se empleaba para realizar alguna laboral en colaboración con el humano. En los viajes me ha tocado ver perros que cazan, arrean, protegen y un montón de otras cosas.
Siempre me encuentro algún perrito de estos me demoro dos minutos en enamorarme y en intentar ganarme su afecto, el cual siempre ha sido correspondido y ha hecho difíciles las despedidas, lo bueno es que no los olvido y me dejan muchas enseñanzas.
Por eso quiero presentarles a algunos amigos que he encontrado en la ruta y que han hecho que todo sea más placentero, ya que el ir con un perro hace que todo el viaje sea distinto.
Este perrito parece que no tenía nombre, el vive en la isla de Chiloé en el sector de la cordillera de Castro, donde las condiciones climáticas en el invierno hacen que el frío sea insoportable, con contarles que toda la lluvia de los día anteriores rápidamente se había congelado formando pozas congeladas, pero al parecer a este amigo poco le afectaba, el acompañaba a todas partes al cuidador del área y nos acompañó en una larga cabalgata donde se posicionó a la cabeza del grupo, atento a cualquier ruido que pudiese transformarse en una amenaza o en algo para cazar.
Esta perrita bella se llama Fiona y es mezcla de pastor alemán con algo que tenía las patas muy cortas, que no sé que es! Ella vive en Paso Nevado VII región hacia la cordillera de los Andes, es una excelente guardiana y muy desconfiada por eso sale con cara de que por favor no la apriete tanto!!!!
Este es mi favorito!!! se llama Douglas Tompkins y vive en un sector muy aislado, donde solo logramos llegar después de andar cerca de una hora en bote a motor, más una cabalgata de 45 minutos, ahí vivía el con una de las pocas familias que aun subsisten en el lugar, es muy parecido a un pitbull y creo que por ahí iban sus orígenes por que este perrito era cazador de jabalíes salvajes, los que nos alimentaron durante la estadía en ese lugar, cosa impresionantes, a su año de vida ya tenía bastantes heridas propias de las luchas con estos animales que son extremadamente agresivos. Además nos acompañó en nuestra expedición cruzando todos los gélidos ríos y nadando contra la corriente, de verdad que me impacto!!!!! Y por supuesto se robó mi corazón y parece que yo el de él, por que nos hicimos muy amigos , incluso compartimos siestas en la montaña.
Daniela Castro Facco.
